La ambición como virtud: cuando el deseo de crecer nace del alma

Por años, la ambición ha sido vista con sospecha. Se la ha tildado de egoísta, codiciosa, incluso peligrosa. En muchos entornos, especialmente aquellos donde se valora la humildad y la entrega, la ambición suena a pecado. Pero ¿qué pasa si empezamos a mirarla desde otro ángulo? ¿Qué ocurre si la vemos no como una amenaza, sino como una virtud?

En este artículo, te invito a redefinir la ambición. No como una fuerza destructiva, sino como un impulso vital al servicio del propósito, del crecimiento interior y del impacto amoroso en el mundo.

Mas adelante, quiero compartir con uds, la mirada de tres de mis autores favoritos sobre este tema.

Ambicionar no es querer más para tener más. 

Es querer más para ser más.

La verdadera ambición no nace del vacío, sino del deseo profundo de desplegar lo que somos. No es arrogancia, sino expansión. No es competencia, sino creación.

¿Cómo distinguir la ambición virtuosa de la destructiva?

Los dones de la imperfección – Brené Brown:

La ambición auténtica no necesita disfraces

Brené Brown nos recuerda que las personas más plenas no son las que más logros acumulan, sino las que viven desde la autenticidad y el coraje emocional. Su ambición no las separa del presente ni las arrastra a la exigencia extrema, sino que está al servicio de lo que realmente les importa.

“No necesito llegar a todo, solo necesito llegar a lo que me hace bien.”

La ambición como virtud es, entonces, compromiso con tu potencial, no con tu imagen. Es darte permiso para soñar en grande, sin dejar de ser real.

Una nueva tierra – Eckhart Tolle:

El propósito externo solo tiene sentido si está alineado con el propósito interno

Tolle distingue entre el “hacer compulsivo” del ego y el “hacer consciente” que surge del momento presente. Cuando ambicionamos desde el vacío, entramos en lucha. Pero cuando lo hacemos desde la presencia, nuestro deseo de crecer fluye como extensión natural de lo que somos.

"El ego dice: ‘Quiero algo diferente para ser feliz’. La conciencia dice: ‘Estoy en paz ahora, y desde ahí elijo crecer’."

El poder contra la fuerza – David R. Hawkins:

La verdadera ambición vibra en amor, no en miedo

Hawkins aporta una mirada energética: cada emoción tiene una frecuencia. La ambición guiada por el miedo (al fracaso, al rechazo, a no ser suficiente) genera fuerza: tensión, agotamiento, resistencia. En cambio, la ambición guiada por el amor, la integridad y la verdad, es poder: expande, inspira y transforma.

Ambicionar desde el poder es elevar a otros con tu expansión, no demostrar que estás por encima.

Algunas preguntas para llevarte:

• ¿Qué parte de mí quiere crecer desde el alma y aún no se lo permito?
• ¿Qué diferencia habría si ambicionara con calma, amor y confianza?
• ¿A quién podría inspirar o ayudar si me permito desplegar mi ambición como virtud?

La ambición no es enemiga de la espiritualidad ni de la autenticidad. Al contrario, puede ser su aliada más potente cuando nace del corazón y no del ego. Ambicionar no es encogerse ni competir. Es dejar que la vida haga en vos su obra más luminosa.

“No hay nada iluminado en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor.”
 – Marianne Williamson

Espero que haya resonado contigo este articulo. En ese caso, te agradecería que puedas comentarlo. 

Si hay algún tema en particular que quieras que desarrollemos, estamos a dispocion, solo tienes que escribirnos. 

Muchas gracias y feliz fin de semana. 

Con amor, 

Avelar